Cuando le damos a Dios la oportunidad de involucrarse en los asuntos de la humanidad, las posibilidades no tienen fin. Por supuesto es necesario que dejes
abierto tu corazón y tu mente a las oportunidades que él nos ha prometido.
Cerrar la puerta a estas oportunidades por emociones exacerbadas anulan tu fe y tu esperanza. Proverbios 28:25 dice: Una persona sin control propio es como una ciudad con las murallas destruidas. Es decir, dejarte llevar por lo que sientes no sólo te aleja de la esperanza dejándote vulnerable, sino que
si lo piensas bien, ¡es una forma de cerrarle la puerta a Dios en la cara!
Debes entender que las circunstancias externas son volátiles, varían y cambian regularmente con el mover de una pluma, y que sólo hay una cosa con la que puedes contar todo el tiempo sin importar las condiciones de afuera: la Palabra de Dios.
En tiempos como estos debes reconocer que la esperanza es una expectativa y,
el cimiento de esta esperanza, está conectado a las promesas de Dios (no a las promesas de los hombres). No puedes renunciar a esta esperanza sólo por el dolor de las condiciones externas, ni
siquiera durante tiempos de incertidumbre. Debes mantener la puerta de la esperanza en Dios bien abierta a través de tu fe y la paciencia.
Durante estos días, analiza qué emociones tuyas, o circunstancias en tu vida están
cerrándole la puerta a la ayuda de Dios y comienza a involucrarlo más en tu vida. Inicia haciéndolo cada día con una oración y una alabanza. Y recuerda siempre estas palabras:
Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.
Aldo Pascual Flores Peña
Centro de Formación Misionero y Pastoral Gilgal A.R.
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Angelica Acosta Rubio (viernes, 24 julio 2020 22:35)
Yo tuve una gran perdida de mi sobrino de 16 años hace poco cuando le dieron la noticia a mis papas mi padre padece del corazon y mi madre es diabetica se pusieron muy mal ellos viven en pachuca en esos momentos mi esposo ,mi hija y yo estavamos tirados en cama muy enfermos y no pudimos viajar para estar con ellos a lado de mi hermana pero nunca renegamos contra Dios solo me puse a orar a Dios y aunque no me pude despedir no pierdo la esperanza de volverle a ver amen