“(...) porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo
intento de los pensamientos. (...)” 1 Crónicas 28:9
Muchos se preguntan ¿Porque hay cosas que busco y deseo, pero no puedo recibir de ninguna forma? Y la respuesta, la mayoría de las veces es: porque hay algo mal en nuestro corazón.
Dios examina minuciosa y profundamente nuestros corazones, lo que anida nuestro ser en lo oculto, en lo más profundo, es el mayor interés de Dios. Nada le importa tanto a Dios como las actitudes de nuestro corazón.
Pienso que esta es una revelación que va a cambiar la vida de muchas personas. No es fácil darse cuenta lo que nos pasa interiormente, pensamos que nos conocemos, sin embargo hacemos muchas cosas malas, que no podemos aceptar o ver claramente que están equivocadas. Él quiere quitarlas, no nos puede usar grandemente, ni bendecir en ese estado. La mayoría de las veces somos víctimas de nosotros mismos. Nadie más tiene la culpa, nadie puede dañarnos más que nosotros mismos.
El libro de proverbios nos muestra esto en dos versos
claves:
“Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; Pero Jehová pesa los espíritus”. Proverbios 16:2
“Todo camino del hombre es recto en su propia opinión;
Pero Jehová pesa los corazones.” Proverbios 21:2
La palabra peso se puede entender como
que hay algo dentro del corazón que debe ser quitado, los pecados en el corazón producen un peso que no es apropiado para Dios, esta carga contaminante es la que impide el fluir de la bendición
en una persona. (Dn. 5:27; Núm. 11:14;He. 12:1-2)
Otras versiones cambian la palabra peso, por juzgar. Dios juzga los corazones, mide las intenciones, la nueva versión internacional dice:
“A cada uno le parece correcto su proceder,pero el Señor juzga los motivos”. Prov. 16:2
Hay algo detrás de nuestras palabras y actos que solo Dios puede ver y juzgar correctamente.
El Señor “Juzga los motivos”
Puedes ir a dar una ayuda a alguien, pero el Señor juzga los motivos. Puedes no dar una ayuda a alguien, pero el Señor juzga los motivos. Puedes parecer egoísta o parecer generoso, pero el Señor
juzga los motivos. Puedes parecer humilde o parecer orgulloso, pero el Señor es el que juzga los corazones. Solo él conoce profundamente los corazones.
“Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la
voluntad de Dios intercede por los santos”. Romanos 8:27
Nos erigimos en jueces de los demás alegando, que debería y que no debería recibir cada uno, pero Dios ve más claro y más profundo que nosotros y él paga a cada uno según sus obras.
En Apocalipsis 2:23 dice: “(...) y todas las iglesias sabrán
que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras”.
Pero ¿Cuál es la base de la maldad y el pecado? la respuesta es la arrogancia, que también podemos llamar orgullo o soberbia.
“Altivo, arrogante y escarnecedor son los nombres del que obra con orgullo insolente”. Proverbios 21:24
Recuerda esto: La arrogancia es un sentimiento de superioridad ante los demás. Es creer que somos más valiosos que otros seres humanos.
Es no reconocer nuestros errores, es echarle la culpa de nuestros errores a los demás. Es creer que somos imprescindibles, es pensar que podemos siempre hacer todo mejor que los demás y que nadie nos supera, es no querer pedirle ayuda a nadie, es criticar a todo el mundo; porque en el fondo la arrogancia también nos lleva a los celos y la envidia.
No se trata de parecer o no parecer arrogante, no se trata de cómo es
nuestro carácter o temperamento, no se trata de lo que hagamos o no hagamos. Ni tampoco de lo que sepamos o no. Se trata de lo que somos o no somos en lo profundo de nuestro corazón. ¡¡Que Dios
quite la arrogancia de nuestra vida para siempre!!. La soberbia, el orgullo o la arrogancia son la piedra fundamental de todos los demás pecados que podamos cometer. Mientras exista arrogancia,
habrá un peso contaminante en nuestra alma.
Debemos temer a Dios con respecto a lo que hay en nuestro corazón. No hay forma de burlar, persuadir, manipular, o tratar de conformar al Señor cuando algo está mal. Para eso, nada mejor que el
arrepentimiento y la confesión.
El orgullo no siempre es fácil de detectar, ni en nosotros mismos, ni en los demás. Hay personas que se les nota al instante su soberbia; pero otras, lo tienen más camuflageado. Tal vez ellas
piensan que son superiores en su interior y tratan de no decirlo, pero tarde o temprano eso se notará en un simple gesto, en una mirada, en una palabra. Es como un olor desagradable que lo
podremos tratar de ocultar, pero que escapará por alguna pequeña actitud, en cualquier momento. Dios se encarga que sus hijos sean conforme a la imagen de Cristo, se encargará que todo orgullo en
nuestra vida y toda obra procedente de él, sean quebrantados. Dios llama nuestra atención continuamente para que abandonemos el orgullo en nuestro corazón. Pero el orgullo produce ceguera
espiritual, de hecho las personas orgullosas, en su mayoría creen no serlo, incluso se creen muy humildes, muy agradables y solidarias.
“Pero Él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes”. Santiago
4:6
Puedo llegar a estas conclusiones luego de haber sido quebrado por las circunstancias en muchas oportunidades, Dios se vale de ciertas circunstancias para que podamos quebrar la arrogancia en
nuestra alma.
Circunstancias que destrozan tu soberbia como una copa de cristal
lanzada hacia un suelo de piedra. Muchas veces esas circunstancias se producen delante de los demás y otras veces más íntimamente. La clave para vencer está en querer obedecer a Dios, en
renunciar a sentirnos superior o más valiosos que los demás. El orgullo de un corazón arrogante no armoniza nunca con el plan de Dios, por eso, o seguimos su plan, o seguimos el camino de nuestro
propio corazón. El orgullo puede estar en personas pobres, ricas, cultas, inteligentes o ignorantes. Nada tiene que ver la pobreza con la humildad.
El orgulloso sufrirá irremediablemente, tendrá consecuencias inevitables. Dios confronta y se levanta contra todo orgullo, nos moldea y nos pule para liberarnos. Aquellos que no quieren someterse
y hacer morir su arrogancia, de todas formas serán quebrantados, aunque no para ser transformados, sino avergonzados.
“Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; Ciertamente no quedará impune”. Proverbios 16:5
“Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado”. Proverbios 21:4
La historia de Nabucodonosor es un gran ejemplo de cómo Dios actúa frente al orgullo. El rey tuvo sus oportunidades de arrepentirse y vivir una vida sometida a Dios, reconociendo su grandeza y
obedeciendo sus mandamientos. Pero escogió otro camino, Daniel
5:20 dice: “Más cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo,
fue depuesto del trono de su reino, y despojado de su gloria”.
El juicio de Dios para el orgullo del rey Nabucodonosor fue que ande con locura como las bestias en el campo durante siete años, luego de los cuales se arrepintió y reconoció humildemente que
Dios lo gobierna todo:
“Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos
justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia”. Daniel 4:37
Indicios de un corazón orgulloso:
1. Cree que sabe todo y rara vez se deja enseñar.
2. No reconoce sus errores, siempre le echa la culpa a los demás.
3. Es rebelde, menosprecia y no respeta a las personas.
4. Cree que no necesita a Dios. Le cuesta orar para pedir ayuda a Dios.
5. Le cuesta pedir ayuda a otras personas.
6. Tiene siempre una actitud crítica hacia los demás.
7. Menosprecia las capacidades de otros. Piensa que siempre puede hacer las cosas mejor que los demás.
8. No sabe escuchar.
9. Tiene la respuesta para todo.
· “Porque el Señor es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo conoce de lejos”. Salmos
138:6
Te compartimos enseguida una oración modelo para que puedas confesar y romper la atadura del orgullo:
“Señor Jesús hoy decido renunciar a todo orgullo en mi corazón, declaro que sin ti nada soy, que sin tus fuerzas no podré lograr grandes cosas. Renuncio que creerme superior y más valiosos que
los demás, rompo la atadura del orgullo en mi corazón en el nombre de Jesús. Confieso que solo con tu gracia y poder llegaré a vencer todo obstáculo. Te doy toda la gloria por todo lo bueno que
pase en mi vida. En el nombre de Jesús. Amén”.
Esperamos sea de bendición este tema y te pedimos dejes abajo tus comentarios de lo que Dios te hablo acerca de este tema. Este reto es solo para valientes.
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Fabiola Garza (miércoles, 14 marzo 2018 10:45)
Yo viví esta situación me creí superior en muchos aspectos pero Dios me doblo de la única manera que el sabia que podía entender y hoy le agradezco inmensamente porque tengo una vida y una familia en cristo y conocí el verdadero significado de felicidad ....
Betty castillo (miércoles, 14 marzo 2018 10:47)
Escudriña o Dios mi corazón!
Este estudio es muy importante ya que algunas veces no entendemos porque Dios no contesta nuestras oraciones, aquí encontramos la respuesta. Esta en nosotros el querer cambiar y seguir a Cristo.
Gracias por este estudio que a Sido de bendición para mi vida.
Marina sandoval (miércoles, 14 marzo 2018 15:14)
Yo crei saberlo todo y en este estudio me doy cuenta que el unico que conose y escudriña mi corazon es Dios por eso muchoas de las veses que le pido cosas en orasion no son contestadas por que todavia tengo orgullo osoy arogante y para mi este estudio me aservido mucho y es de grande bendision
Roberto Chavarría (miércoles, 14 marzo 2018 21:30)
Este estudio nos muestra cosas que a veces nos toca vivir, cuando dice que dios pesa los corazones y los motivos, hay veces que hacemos algo y lo hacemos más para agradar al hombre en lugar de Dios, o hacemos x cosa por ejemplo para que me vean en la iglesia o aparentó algo que no es sólo para que me vean, pero mi intención no es la correcta es errada, cuando lo principal debe ser Dios , partiendo de aquí necesitamos entregar a Dios y pedir que quite la arrogancia en nuestra vida, la cuestión es querer cambiar y dejarnos moldear nos por Dios. Bendiciones.
Alma Lopez (miércoles, 14 marzo 2018 21:59)
Auch!! Esto me confronta conmigo mismo reconociendo que eh tenido orgullo, altivez y como eh tenido que pasar por el desierto donde Dios me ha recordado de donde me ah sacado y que sin El' no somo nada! lo que he' tenido que pasar por rebeldia, cuando reconocemos con humildad, sabiendo que Dios a sido tan paciente y misericordioso y es El quien nos conoce realmente nuestro corazon, y de verdad pido contodo mi corazon que su alabanza este de continua en mi boca y que siempre siempre tenga presente de donde me saco mi Dios, Examiname, oh Dios, y conoce mi corazon; Pruebame y conoce mis pensamientos
Tremendo estudio ..
Martin Orozco (jueves, 15 marzo 2018 00:06)
Esto me confronta porque si Dios pesa y conoce los corazones, entonces veo que aún hay mal en
mí mi corazón porque tengo orgullo,altivez,que lo escondo tras una máscara de humildad que no tengo más aún la intención dice el Sr también cuenta, y el nos manda ser cómo el manso y humilde como el es y Dios también busca que sea mi corazón dispuesto a ser obediente a su palabra y tengo la firme convicción de Dios nos escoje para usarlos y ser fieles a Dios.Con ésto yo estoy convencido que con esto podré romper esa piedra de tropiezo por la cual ya Nono debo tropezar, hay decisión de quitar esa altivez y orgullo que no sirve de nada,Mi fidelidad y amor a Dios para seguir adelante con el hasta el fin,el temor de Dios sea en mí y en mis hermanos.La oración la fidelidad y la disposición a Dios rompe toda altivez rebeldía, y orgullo la cual ya no se tropezara más.